La Comisión Federal de Comercio (FTC, por sus siglas en inglés), el organismo regulador estadounidense, ha expresado su preocupación por la inversión de 13.000 millones de dólares (aproximadamente 12.600 millones de euros) que Microsoft pretende realizar en OpenAI, y ha advertido que la alianza entre ambas empresas podría otorgar al gigante tecnológico una ventaja competitiva injusta en el mercado de la IA.

En un extenso informe sobre la relación entre proveedores de servicios en la nube y desarrolladores de IA, el organismo regulador también señala los acuerdos alcanzados por Amazon y Google con empresas especializadas en IA como Anthropic.

La FTC sostiene que estos acuerdos podrían permitir a las grandes tecnológicas ejercer un control indebido sobre las empresas emergentes de IA, e incluso llevar a su absorción completa en el futuro. Ha criticado las prácticas de “gasto circular”, en las que empresas como Microsoft exigen a estas startups que reinviertan la financiación en sus servicios y productos en la nube, ejerciendo así un poder desproporcionado sobre el mercado. De hecho, Microsoft financió en gran medida a OpenAI mediante créditos para Azure, su plataforma en la nube.

El informe también revela que una gran empresa tecnológica, cuya identidad no se especifica, recibió información financiera confidencial de una startup de IA, incluyendo informes semanales de ingresos y detalles sobre clientes. Otro acuerdo permitió a una empresa acceder a resultados generados por IA, o “datos sintéticos”, utilizados para entrenar los propios modelos de IA de la empresa tecnológica.

También se ha expresado inquietud ante la posibilidad de que estas asociaciones resulten en la monopolización del talento y los recursos de la IA. Además, los derechos de exclusividad incluidos en algunos acuerdos podrían disuadir a las empresas de IA de colaborar con múltiples proveedores de servicios en la nube, lo que distorsionaría aún más el entorno competitivo.

Lina Khan, presidenta de la FTC, explica en un comunicado que el informe destaca “cómo las asociaciones con grandes empresas tecnológicas pueden provocar situaciones de bloqueo, privar a las startups de información crucial sobre IA y revelar información confidencial de manera que perjudique la competencia leal”.

La Comisión Europea también analizó la asociación entre OpenAI y Microsoft en 2024. Sin embargo, decidió no emprender una investigación formal, al considerar que la empresa de IA no estaba bajo el control directo de Microsoft.