Según Nikkei Asian Review, Samsung ha estimado que podría perder hasta 5.800 millones de dólares (unos 5.100 millones de euros) en ventas y 890 millones de dólares (unos 783 millones de euros) en beneficios durante los próximos tres años, porque uno de sus proveedores ha revelado la nueva tecnología de pantalla de la firma surcoreana a empresas competidoras chinas.

La noticia se ha sabido porque la fiscalía de Corea del Sur ha imputado a directivos de Toptec, la firma que fabrica el equipamiento utilizado en las pantallas de Samsung, por haber vendido ilegalmente el acceso a dicha tecnología.

Se sospecha que la información sustraída ha ido a parar a manos de BOE Technology, una firma china especializada en pantallas, y de otras tres empresas.

Hace poco, Samsung alardeaba de que dicha tecnología le permitiría poner en marcha una serie de productos innovadores, como por ejemplo dispositivos con pantallas maleables. Se espera que la firma lance su primer dispositivo con pantalla plegable a principios de 2019.

En una declaración a Reuters, Toptec niega haber tenido ningún acceso a secretos comerciales de Samsung y ofrece “plena cooperación en los procedimientos legales para que el tribunal pueda esclarecer la verdad del asunto”.