Christel Heydemann (en la foto) consejera delegada de Orange, ha llevado a cabo un severo resumen de la crisis que padecen los operadores móviles de Europa, sujetos a presiones contradictorias para atender un tráfico en constante aumento, en su mayoría proveniente de grandes empresas digitales, mientras mantienen los precios bajos y reducen los costos.

En su intervención durante la sesión inaugural del MWC23 Barcelona, la ejecutiva ha citado un estudio de PwC que afirma que el 46% de los consejeros delegados de telecomunicaciones creen que sus empresas no llegarán a vivir una década más.

“Durante los últimos 10 años, la situación de las empresas de telecomunicaciones europeas se ha vuelto completamente paradójica”, agregó. “Desde una competencia feroz hasta regulaciones a veces obsoletas, nuestro sector se enfrenta a unos requisitos contradictorios”.

Volviendo a las estadísticas de PwC, señaló que el panorama sombrío se debe a “la dificultad de monetizar las inversiones masivas en redes realizadas durante la última década, que ascienden a casi 600.000 millones de euros”.

“Los consumidores siempre esperan pagar menos y obtener más”, agregó. “Mientras tanto, las empresas de telecomunicaciones se enfrentan a la presión de reducir el gasto de capital mientras hacen frente a un crecimiento exponencial del tráfico, concentrado principalmente en un puñado de jugadores digitales”.

En una era en la que muchos operadores ya se han desprendido de sus activos en torres, Heydemann afirma que “algunas empresas de telecomunicaciones ya no pueden absorber más inversión en infraestructura y, en consecuencia, se ven obligadas a vender una parte de sus activos”.

Según Heydemann, es necesario hacerse a un lado y mirar de nuevo la industria, además de promover el enfoque abierto y colaborativo en toda la industria con iniciativas como la GSMA Open Gateway.

Para hacer realidad el tan cacareado mundo digital del futuro, señala: “Las empresas de telecomunicaciones tienen que lidiar con una ecuación muy difícil entre inversión y regulación”, y destaca la presión para ofrecer una mayor capacidad al tiempo que se cumplen los objetivos de la década digital de la Unión Europea.

“Europa necesita un mayor impulso para alcanzar estos objetivos”, agregó, “y dicho impulso debe aplicarse a todo el ecosistema digital, no solo a los operadores de telecomunicaciones. Es hora de reconocer que la industria de las telecomunicaciones ha sido uno de los mayores contribuyentes a nuestras economías a través de inversiones masivas”.

“Las reglas del juego limpio comienzan reconociendo que la situación es desequilibrada”, agrega. “Cinco de los mayores generadores de tráfico digital representan el 55% del tráfico diario en las redes de telecomunicaciones. Estoy convencida… de que los reguladores y los encargados de formular políticas tienen que desempeñar un papel importante para equilibrar esta situación tan insostenible”.