A finales de 2019, Telefónica adoptó una nueva estructura organizativa, porque entendía la necesidad de cambiar su modus operandi para competir con éxito en nuevas áreas específicas de crecimiento.

Además, la dureza del entorno competitivo, la incertidumbre macroeconómica y los cambios en las regulaciones, sobre todo en América Latina, donde el grupo cuenta con diez filiales (sin contar la de Brasil) imponían un cambio. La nueva estrategia de Telefónica abarca múltiples vertientes y comporta la escisión de una filial que englobe sus activos hispanoamericanos (Telefónica HispAm, que comprenderá todas sus filiales latinoamericanas, salvo Brasil) y la búsqueda de una mayor agilidad y eficiencia, que tratará de lograr mediante la creación de dos nuevas divisiones empresariales, Telefónica Tech y Telefónica Infra, que actuarán con autonomía.

Por otra parte, Telefónica busca la sinergia entre sus divisiones mediante la renovación de su centro corporativo, al tiempo que elimina las duplicaciones operativas y centraliza el aprovisionamiento.

En este artículo analizamos si la autonomía de gestión que dicha estrategia persigue permitirá a Telefónica alcanzar sus objetivos de agilidad y eficiencia, y si puede servir como modelo para otras operadoras que la emulen en el futuro.

Telefónica prioriza de nuevo los mercados: el porqué

Si bien Telefónica opera en 14 mercados de todo el mundo, son cuatro (España, Alemania, Reino Unido, Brasil) los que le aportan el 80% de ingresos totales, EBITDA y flujo de caja. Así pues, la operadora ha decidido centrar sus inversiones en esos cuatro mercados, en los que el modelo existente aún es sostenible (por ejemplo, en Brasil ha acelerado una fuerte expansión en fibra que le dará mayor presencia), al tiempo que emprende una escisión operativa de sus otras divisiones latinoamericanas (HispAm).

Las inversiones en 4G siguen en curso en toda América Latina y, dado que la adopción aún se halla por debajo del 50%, hay que abordar cuestiones de capacidad que permitan que dicha adopción aumente entre los clientes. Por ello, los esfuerzos para mejorar la capacidad y cobertura de 4G en la región se solaparán con las primeras inversiones en 5G, porque contamos con que la inversión de capital dedicada a la siguiente generación tecnológica se recupere durante los próximos dos años. El inminente desembolso de inversiones, unido a la intensidad competitiva, la inflación y la depreciación de la moneda, ha producido un impacto negativo en los ingresos y ejercido presión sobre el flujo de caja. Como consecuencia, ha llegado una nueva dirección con libertad para experimentar.

Autonomía de gestión de las nuevas divisiones: Tecnología e Infra

Telefónica se halla en las primeras fases de ejecución de una estructura operativa que comprenderá dos nuevas divisiones empresariales de carácter horizontal, Tech e Infrastructure, además de sus filiales en los cuatro países principales, que ofrecen servicios de móvil, de fijo y de televisión. Al igual que HispAm, ambas unidades actuarán con autonomía y buscarán el incremento de los ingresos en áreas de negocio discretas. Establecerán una estrategia de crecimiento y aprovecharán las filiales de cada país para vender y gestionar nuevos contratos comerciales.

  • La nueva división Telefónica Tech unifica Internet de las Cosas, Datos Masivos, Nube y Ciberseguridad. Las actividades citadas, que hasta ahora se registraban bajo el epígrafe de Servicios Digitales Avanzados, se combinarán en una nueva estructura de gestión y funcionarán como una división única. Mediante dicha reestructuración, Telefónica quiere entrar en nuevas áreas de mercado, rentabilizar las relaciones ya existentes con clientes en sectores clave y, por último, actuar como socio clave en procesos de transformación digital de empresas.
  • Telefónica monetiza sus activos en infraestructuras mediante la creación de Telefónica Infra. Esta división utiliza los vehículos de infraestructura ya existentes para prestar servicios a otras operadoras y socios. Telxius, la firma propietaria de torres que Telefónica creó en 2016, y en la que posee una participación mayoritaria, desempeñará un papel clave dentro de dicha división. Esta ya ha asumido la propiedad de múltiples torres en todos los mercados de HispAm y cuenta con un margen de EBITDA muy atractivo del 60%, así como un crecimiento interanual de flujo de caja del 54%. Además de la monetización de las torres, la división trabajará en centros de datos, nuevos proyectos de fibra óptica e instalación de cables submarinos, a fin de proporcionar acceso a otras operadoras y proveedores de servicios de Internet.

¿Qué implica todo ello para la operadora?

Eficiencia y autonomía a través de la escisión de las divisiones empresariales. Gracias a los nuevos métodos, Telefónica podrá medir el crecimiento por soluciones y servicios igual que las firmas especializadas en plataformas y nube. La separación de mercados y de sectores verticales también debería mejorar la eficiencia operativa en las áreas clave de crecimiento. La eficiencia operativa y comercial permitirá racionalizar el centro corporativo que se halla en su sede, así como optimizar el uso de los activos y la experiencia del cliente.

Telefónica Tech e Infra, ¿la mejor oportunidad de crecimiento? Las dos nuevas unidades aspiran a un incremento mínimo de 2.000 millones de euros en ingresos incrementales anuales para el año 2022. Equivaldría al 8% del total actual del grupo y por tanto supondría una contribución muy significativa.

Telefónica no es la primera operadora de red móvil que pretende ofrecer servicios adicionales más allá de su negocio tradicional, y por ahora tales servicios constituyen tan solo una pequeña fracción de los ingresos de la mayoría de los grupos de telecomunicaciones. Los casos en los que no es así, como por ejemplo en AT&T y SoftBank, suelen deberse a la adquisición de nuevos negocios, más que a una creación orgánica de la empresa. En la actualidad, las ventas B2B de Telefónica suponen el 26% de los ingresos del grupo, pero en su mayoría consisten en servicios de conectividad tradicionales (líneas arrendadas, alojamiento in situ) a pymes y empresas.

Sin embargo, la mayor autonomía en la gestión y el mayor poder de decisión permitirán que las nuevas divisiones especializadas en B2B desarrollen y mejoren los productos con más rapidez que antes. El hecho de que sus filiales europeas se hallen en algunos de los países con industrias más avanzadas (las conexiones industriales de Internet de las Cosas en Europa crecerán a un ritmo anual del 17% entre 2020 y 2025) y puedan ofrecer nuevos servicios a los clientes empresariales ya existentes mediante una reestructuración del sistema de ventas debería llevarlas por el buen camino.

Desde la reorganización de HispAm hasta las nuevas divisiones B2B, Telefónica entiende que la clave del éxito será la autonomía en la gestión. ¿Imitarán el modelo las otras firmas? Las empresas que se encuentran en condiciones de mercado similares observarán de cerca la evolución de Telefónica y de sus nuevas divisiones. Y nosotros también.

– Armita Satari – analista, Core Mobile Research, GSMA Intelligence

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