Según Bloomberg, Japón y los Países Bajos han aceptado respaldar las nuevas y agresivas restricciones comerciales impuestas por Estados Unidos a la exportación de maquinaria avanzada de fabricación de chips con destino a China. De confirmarse la noticia, este último país hallaría problemas aún mayores para hacerse autosuficiente en materia de chips.

La agencia de noticias informa de que los representantes japoneses y holandeses han acordado, en principio, ampliar las restricciones.

Bloomberg destaca que Japón y los Países Bajos albergan a algunos de los principales fabricantes de semiconductores.

La medida supondría nuevas restricciones para las empresas de ambos países, que en la actualidad mantienen algunos negocios con China. Así, Bloomberg informa de que la holandesa ASML se enfrentaría a controles sobre la exportación de algunos equipos antiguos de ultravioleta profundo, que se sumarían a la restricción actual sobre la venta de sus productos más avanzados de ultravioleta extremo.

Tokyo Electron, Nikon y otras empresas se enfrentarían a restricciones similares en Japón.

Richard Windsor, del blog de investigación Radio Free Mobile, escribe que la colaboración de Japón y Países Bajos es casi imprescindible de cara a impedir que los chinos produzcan chips por debajo de los 20 nm, pero añade que, de todos modos, la información más reciente llegada de China indica que numerosas firmas ya están renunciando a los correspondientes procesos de producción.

Las nuevas medidas adoptadas por Estados Unidos se suman a las restricciones de exportación ya en vigor, que obligan a las firmas estadounidenses a obtener una licencia específica para exportar tecnologías avanzadas a firmas chinas consideradas un riesgo para la seguridad nacional.

El objetivo es impedir que los militares chinos accedan a tecnología avanzada estadounidense.

En diciembre de 2022, China presentó ante la Organización Mundial del Comercio una demanda contra las sanciones estadounidenses relacionadas con la fabricación de chips. Según se informa, el país asiático ha preparado un paquete de subvenciones por valor de 1 billón de yuanes (unos 136.000 millones de euros) para apoyar a la industria nacional de semiconductores.