Intel ha concretado sus planes para invertir más de 33.000 millones de euros en la fabricación de chips en Europa, como primera fase de un plan de inversión más amplio que inyectará 80.000 millones de euros en el sector a lo largo de la próxima década.

La empresa ha explicado en rueda de prensa que su inversión tiene como objetivo ayudar a equilibrar la cadena de suministro de semiconductores en todo el mundo mediante una considerable ampliación de su propia capacidad de fabricación, así como sentar las bases para acercar entre sí las diversas partes de la cadena de valor y lograr que la economía europea sea más resistente en este ámbito.

Intel anunció por primera vez sus planes de invertir a gran escala en Europa en setiembre de 2021.

En su más reciente declaración al respecto, ha explicado que gastará una cantidad inicial de 33.000 millones de euros. Invertirá 17.000 millones en dos nuevas plantas de semiconductores en Magdeburgo (Alemania). Según afirma, se trata del lugar ideal para establecer un nuevo centro, gracias a la infraestructura y el ecosistema de proveedores y clientes del país.

Las dos plantas crearán 7.000 puestos de trabajo durante la construcción y 3.000 empleos permanentes en alta tecnología, así como decenas de miles de puestos de trabajo adicionales entre proveedores y socios.

Además, Intel prevé invertir otros 12.000 millones de euros en las instalaciones que ya posee en la República de Irlanda, a fin de duplicar el espacio de fabricación y mejorar los procesos, así como para ampliar sus servicios de fundición.

También podrá invertir hasta 4.500 millones de euros en Italia, creará un nuevo centro de I+D y diseño en Francia y realizará más inversiones en Polonia y España.
Pat Gelsinger, consejero delegado, considera que dichas inversiones serán tan importantes para la empresa como para Europa, y señala que la Ley de Chips de la UE contribuirá a impulsar el sector de semiconductores en el continente.

El directivo asegura que su empresa se ha comprometido a “desempeñar un papel esencial en la configuración del futuro digital de Europa durante las próximas décadas”.