Intel ha llevado a buen término la ampliación de una fábrica de semiconductores en EEUU, valorada en 3.000 millones de dólares (unos 2.775 millones de euros), con la que trata de prolongar la validez de la llamada Ley de Moore. Con ello ha ganado unos 25.000 m² de espacio para desarrollar la siguiente generación de tecnologías de procesamiento del silicio.

La ampliación Mod3 en la planta D1X de Intel se enmarca en la estrategia para recobrar el liderazgo de la empresa en tecnología de semiconductores, estrategia que su consejero delegado Pat Gelsinger presentó en 2021.

Intel lleva a cabo en dicho centro la mayor parte de su investigación sobre nuevos nodos de procesamiento. Una vez los tiene a punto, los reproduce en sus instalaciones de todo el planeta.

La ampliación Mod3 eleva la inversión total de Intel en Oregón a más de 52.000 millones de dólares (más de 48.100 millones de euros).

Por otra parte, Intel ha rebautizado su campus de Ronler Acres, que ocupa casi 200 hectáreas, por el de Gordon Moore Park, en reconocimiento al cofundador de la empresa que formuló la Ley de Moore, según la cual el número de transistores que se pueden poner en un circuito integrado denso se duplica aproximadamente cada dos años.