Google ha esbozado una serie de cambios en las directrices de la Play Store, destinados a combatir prácticas poco claras en las suscripciones a aplicaciones y a impulsar el control de los usuarios sobre sus datos.

Krish Vitaldevara, director de Gestión de Productos, Confianza y Seguridad de Google Play, explica que los cambios tienen como objetivo impedir que los desarrolladores de aplicaciones recopilen datos innecesarios sobre la localización de los usuarios y clarificar los mecanismos de suscripción a las propias aplicaciones.

En dicho marco, Google insta a los desarrolladores a evaluar si sus aplicaciones necesitan acceder a localización en segundo plano antes de que la firma les autorice a publicarlas, a fin de “garantizar que tan solo las aplicaciones que realmente necesitan dicho acceso para su funcionalidad principal puedan pedir permiso a los usuarios”.

El proceso de revisión actualizado de Google afectará a las aplicaciones nuevas a partir del mes de agosto, y a las ya existentes desde noviembre.

Otra modificación de las directrices de la firma exigirá que los desarrolladores informen con claridad a los usuarios sobre los servicios de suscripción o de contenido que se ofrecen en la aplicación.

A partir del 16 de junio, las aplicaciones deberán indicar claramente los términos de suscripción, especificando los precios, la disponibilidad de un periodo de prueba gratuita y si se necesita una suscripción de pago. La empresa notificará por separado a los usuarios el vencimiento de la prueba gratuita y los recordatorios de renovación.

Angela Ying, directora de producto de Google Play, entiende que dicha medida “debería permitir unos ingresos recurrentes más estables”, ya que comportará un número mayor de suscriptores con voluntad de continuidad, y un número menor de reembolsos y devoluciones de cargos.

A principios de 2020, Google ya se propuso eliminar de su tienda las aplicaciones que contienen anuncios intrusivos.