La empresa Fairphone, que fabrica smartphones éticos, afirma que su teléfono de segunda generación se ha agotado. Pero, si bien declara que se está “preparando para dar nuevos pasos muy importantes” y que se está concentrando en “la hoja de ruta y en el desarrollo de un nuevo producto”, ha declinado concretar sus planes para el futuro.

Aunque el Fairphone 2, lanzado en 2015, ya no esté a la venta (aparte de algunas unidades que los distribuidores aún tienen en existencias), la firma se comprometió a suministrar piezas de recambio por “un mínimo de tres años” después de venderse el último teléfono.

También mantiene el soporte al cliente y sigue desarrollándolo mediante parches de seguridad y reparaciones de importancia para la plataforma Android 7 que usa en la actualidad. También ha hablado de ofrecer soporte para una “versión posterior” de Android, si bien no está claro que ello sea posible en un dispositivo impulsado por el procesador Snapdragon 801 de Qualcomm.

La firma explica en su blog que el smartphone ha demostrado la existencia de una “demanda de productos electrónicos sostenibles”. Su éxito en la producción del “primer smartphone modular y reparable, con una actualización de la cámara que puede instalar el propio usuario, dos actualizaciones de sistema de software y una cadena de aprovisionamiento que provee de oro obtenido mediante comercio justo, estaño, tungsteno y tantalio provenientes de zonas sin conflictos”, demuestra ante toda la industria que “una dinámica de producción distinta es posible”.

Pero, si bien Fairphone declara que “esto solo es el comienzo de lo que va a significar ‘Fairphone’”, y que se está concentrando en la “hoja de ruta para los productos”, no ha dado a conocer sus planes.

En diciembre de 2018 cerró una ronda de financiación de siete millones de euros que, según la propia firma, “contribuirá a financiar el crecimiento de Fairphone, estabilizar la producción, profesionalizar la organización y consolidar el impacto social de la empresa durante los próximos años”.

A dicha ronda se sumará un préstamo adicional de 13 millones de euros concedido por sus socios, lo que incluye un consorcio formado por ABN AMRO y el Dutch Good Growth Fund.