Estados Unidos y la Comisión Europea (CE) han explicado sus progresos conjuntos en el desarrollo de la 6G y de posibles casos de uso de la IA, tras una reunión en la que han debatido el pacto comercial y tecnológico preexistente.

Las autoridades han emitido una declaración en la que destacan la firma de un acuerdo sobre investigación en 6G, y han publicado un documento que explica en detalle una visión de dicha tecnología común a ambas partes. Así, por ejemplo, el documento expone los beneficios que podrían derivarse de unas infraestructuras de comunicaciones más seguras.

Estados Unidos y la Unión Europea (UE) colaborarán para apoyar “arquitecturas de nube 6G desagregadas con interfaces estandarizadas entre los interesados” y garantizar que las redes futuras contribuyan a los objetivos de sostenibilidad.

Según las mismas autoridades, todo ello está en consonancia con una declaración conjunta sobre 6G a la que 10 Estados miembros de la UE otorgaron su respaldo a principios de 2024.

Además, los gobiernos han subrayado el potencial de la próxima generación de redes móviles para generar “un nuevo panorama para las operaciones de las empresas”. Cuentan con que aumente la convergencia entre los ámbitos de conectividad, robótica, nube y comercio.

IA

Estados Unidos y la UE también han reafirmado su colaboración en materia de IA, publicando un documento conjunto que detalla posibles casos de uso, como por ejemplo mitigación de incidencias climáticas, energía e intervención en emergencias.

En dicho documento, los socios aseguran que la IA puede contribuir a mitigar los desafíos que plantean las ciudades. Así, por ejemplo, explican que se puede aplicar la IA a las redes eléctricas para optimizar el suministro energético, o efectuar hermanamientos digitales a escala urbana a fin de mejorar la respuesta en casos de emergencia.

La investigación conjunta se basa en principios anunciados en abril de 2022, que tenían como objetivo configurar las tecnologías emergentes como medio para hacer frente a desafíos de carácter mundial.

Otra de las políticas actualizadas comporta una prórroga por tres años de una colaboración en resiliencia de semiconductores.