Los temores en torno a las nuevas tecnologías no son nuevos. Todas ellas, desde los televisores analógicos hasta los hornos de microondas, han sido atacadas con saña a lo largo de los años. Pero los recientes incendios provocados en antenas de telefonía señalan una tendencia preocupante para las operadoras, que se han convertido en los objetivos más recientes.

Las campañas contra la tecnología 5G no comenzaron durante los confinamientos provocados por la pandemia de Covid-19 (nuevo coronavirus). En los actos celebrados por la industria a lo largo de 2019, siempre se ha visto en el exterior a un pequeño número de manifestantes que protestaban contra los problemas de salud que presuntamente provocaba la nueva tecnología. Pero por aquel entonces no prendían fuego en las torres de telecomunicaciones, sino que se contentaban con repartir folletos.

La difusión de falsedades sobre presuntos vínculos entre la Covid-19 y la 5G ha agravado la situación.

Según las cifras proporcionadas a Mobile World Live por Mobile UK, que representa a las cuatro operadoras del Reino Unido, se habían producido hasta el 11 de junio 94 ataques incendiarios contra infraestructuras de telecomunicaciones y algo más de 250 agresiones debidas a teorías conspiratorias en torno a la 5G.

Los medios de comunicación de varios países, entre ellos la República de Irlanda, Países Bajos, Bélgica, Chipre y Suecia, han informado de ataques similares, aunque en menor número.

A principios de abril, las cuatro operadoras del Reino Unido hicieron pública una declaración conjunta en la que condenaban el vandalismo contra infraestructuras y las agresiones contra empleados que figuraban en numerosas denuncias presentadas durante el fin de semana previo.

Con todo, a pesar de los ruegos de las operadoras, de una campaña mediática para refutar tales afirmaciones, de la prohibición de contenido, de las declaraciones de autoridades y de la intervención de los organismos reguladores, se han producido nuevos ataques.

La prensa local informó a finales de mayo del derribo de una antena de 5G, y una declaración emitida por Mobile UK a principios de junio señala que, a pesar de la realización de una campaña estatal de información, “las infraestructuras de telefonía móvil y los ingenieros de telecomunicaciones siguen hallándose en el punto de mira”.

Redes antisociales

La conjunción entre una conectividad que alcanza todo el mundo y las redes sociales ofrece un excelente caldo de cultivo para quienes tratan de difundir información errónea, y parece que su mensaje ha seguido calando a pesar de los esfuerzos por desacreditarlo.

Un estudio efectuado entre consumidores del Reino Unido y publicado la semana pasada por la firma de analistas Ipsos MORI y el King’s College London contiene estadísticas muy preocupantes sobre las percepciones de los consumidores.

De las 2.254 personas encuestadas a mediados de mayo, el 8% creía que “los síntomas que la mayoría atribuye a la Covid-19 parecen estar relacionados con la radiación de las redes 5G”.

Además, el 60% de los que creen que la Covid-19 está vinculada a la radiación 5G citan YouTube como una de sus principales fuentes de información, frente al 14% de quienes no lo piensan.

Si bien el estudio se refiere a un país y una muestra relativamente pequeños, refleja la credulidad de ciertas personas ante lo que encuentran en Internet, sin verificar la fiabilidad de las fuentes.

Ofensiva informativa

En un intento por contrarrestar tales campañas, las autoridades han encaminado a los usuarios a páginas web con datos sobre la 5G, si bien también han señalado directamente a las firmas propietarias de redes sociales, porque entienden que deberían implicarse más en la cuestión.

Tras la oleada de ataques a torres de telecomunicaciones en el Reino Unido, la GSMA ha publicado una declaración en la que pide a “los gigantes de Internet, proveedores de contenido y plataformas de redes sociales que incrementen sus esfuerzos por eliminar las noticias falsas que vinculan la 5G con la propagación de la Covid-19”.

Vera Jourova, vicepresidenta de Valores y Transparencia en la Comisión Europea, expresó idénticos puntos de vista a principios de junio, al lanzar la más reciente campaña contra la desinformación sobre la Covid-19.

Advirtió de que “tenemos que movilizar a todos los actores relevantes, desde las plataformas en línea hasta las autoridades públicas, y apoyar a los especialistas en verificación de información y medios de comunicación independientes. Si bien las plataformas digitales han tomado medidas positivas durante la pandemia, tendrían que redoblar sus esfuerzos”.

Al mismo tiempo, Jourova enfatiza la importancia de la libertad de expresión e información.

Las plataformas de redes sociales han emprendido una serie de iniciativas en defensa propia. Por ejemplo, la eliminación del canal en YouTube de David Icke, conocido difusor de teorías conspirativas. Facebook, por su parte, ha bloqueado varios grupos especializados en la difusión de tales rumores, y Twitter ha eliminado contenidos inaceptables.

Twitter anunció en junio que añadiría aclaraciones a los posts con información errónea sobre la 5G, aunque no los elimine.

Sin duda, tales esfuerzos ayudan a frenar las teorías conspirativas, si bien solo tienen éxito con personas que confíen en la fuente de la aclaración. La aplicación de vetos generales en las redes presentaría, cuando menos, problemas de carácter logístico.

Por desgracia, no es posible convencer a todo el mundo. Solo podemos aspirar a que la mayoría de las personas vea esas teorías como lo que en realidad son. Pero, a la vista de los resultados de la encuesta efectuada por Ipsos MORI, no será una labor nada fácil.