Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha ampliado la lista de empresas chinas vetadas a los inversores de su país debido a sus supuestos vínculos con el ejército de la República Popular. Con ello, refuerza el marco de actuación iniciado por su predecesor Donald Trump.

El número de firmas incluidas en dicha lista pasa de 31 a 59, y siguen figurando en ella empresas clave como Huawei, las operadoras de telefonía móvil chinas y Semiconductor Manufacturing International Corp.

El decreto de Biden entrará en vigor el 2 de agosto y la responsabilidad de su ejecución pasará del Departamento de Defensa al Departamento del Tesoro.

Los inversores dispondrán de 356 días para desprenderse de sus participaciones en las empresas afectadas.

En una hoja informativa, Estados Unidos afirma que Huawei y Hangzhou Hikvision Digital Technology proveen tecnología de vigilancia, y ese es uno de los principales objetivos contra los que actúa la medida de Biden.

El presidente entiende que la utilización o desarrollo de “tecnología de vigilancia china” fuera del territorio de dicha nación “plantea amenazas inusuales y extraordinarias” contra los derechos humanos.

Afirma que habrá que adoptar medidas adicionales contra la amenaza que supone el complejo militar-industrial chino.

Las autoridades chinas han amenazado con tomar represalias. Wang Wenbi, representante del Ministerio de Asuntos Exteriores, ha afirmado en una de sus ruedas de prensa periódicas que la República Popular adoptará las medidas necesarias para apoyar a sus empresas en la defensa de sus derechos e intereses de acuerdo con la ley.

“Estados Unidos debería respetar el estado de Derecho y el mercado, corregir sus errores y poner fin a las actuaciones que socavan el orden del mercado financiero mundial.”

En fecha reciente, el fabricante de smartphones Xiaomi logró que el Departamento de Defensa lo retirara de la lista en cuestión.