El gobierno de España ha detallado sus planes para impulsar la industria de los semiconductores y los microchips, ampliando con otros 1.200 millones de euros la inversión inicial anunciada el mes pasado.

El gobierno ha revisado su inversión de un compromiso inicial de 11.000 millones de euros, de los que 9.350 millones de euros irán destinados a financiar la construcción nacional de plantas de producción de semiconductores de gama media y avanzada.

En este sentido, el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, se ha entrevistado esta semana en el Foro Económico Mundial de Davos (Suiza), con los máximos responsables de Intel, Qualcomm, Micron y Cisco, con el fin de atraer inversiones de estas firmas a España.

El objetivo es culminar la inversión para el año 2027.

Los fondos procederán principalmente del plan de recuperación post-pandemia que la Unión Europea (UE) reserva para abordar la escasez de chips e impulsar la economía digital del continente.

En una rueda de prensa sobre la ampliación de la financiación, la ministra de Economía de España, Nadia Calvino, ha asegurado que la financiación de la UE “ofrece una oportunidad extraordinaria”.

Del citado importe total, 1.165 millones de euros se destinarán a I+D y 1.330 millones de euros al diseño de chips.

Una primera medida vinculada a este último concepto son los 400 millones que el gobierno español e Intel destinarán a partes iguales durante 10 años, a razón de 20 millones anuales por cada parte, para crear en el Centro Nacional de Supercomputación de Barcelona (BSC-CNS) un centro de diseño de chips avanzados con tecnología RISC-V, en el que trabajarán 300 profesionales.

El programa contempla también la creación de un fondo de 200 millones de euros para apoyar a las empresas nacionales emergentes y en expansión en el campo de los semiconductores, además de invertir en proyectos estratégicos creados a nivel europeo por empresas españolas en el campo de los semiconductores.

La apuesta de España se produce en el marco de la escasez mundial de chips provocada por el impacto de Covid-19 (coronavirus) en las cadenas de producción y aprovisionamiento.
La Comisión Europea tiene como objetivo impulsar la posición del continente a través de la Ley de chips de la UE, una iniciativa multimillonaria presentada a principios de este año.

Por su parte, el gigante de la industria Intel ha comprometido un gasto de 80.000 millones de euros para impulsar la producción en Europa, que incluye el establecimiento de dos plantas de fabricación en Alemania.