Ericsson ha interrumpido sus operaciones en Rusia, en cumplimiento de las sanciones internacionales impuestas en las semanas posteriores a la invasión de Ucrania por parte del país.

El suministrador de equipos sueco ha indicado que provisionará 900 millones de coronas (unos 87 millones de euros) en sus cuentas del primer trimestre por deterioro de activos y otros costos excepcionales.

En un breve comunicado, Ericsson ha indicado que “procede a suspender indefinidamente su negocio afectado con clientes en Rusia” a la luz de los acontecimientos recientes y de las sanciones establecidas por la Unión Europea.

La firma añade que mantiene conversaciones con clientes y socios, mientras que sus empleados en Rusia pasan a estar en situación de excedencia remunerada.

Ericsson ha tenido como clientes a varios operadores móviles rusos a lo largo de los años. Recientemente estableció una asociación estratégica con MTS para desarrollar redes 5G privadas y también ha colaborado con el operador en pruebas y despliegues de la nueva generación de tecnología.

El suministrador finlandés Nokia, rival de Ericsson y también europeo, anunció a principios de marzo que había suspendido sus entregas a Rusia por el momento.

A las pocas semanas, Nokia se vio obligada a defenderse de las acusaciones vertidas por The New York Times en el sentido de que la firma había desempeñado un papel en el despliegue del SORM, el sistema de intercepción legal de Rusia.

Nokia insistió en que no fabrica, instala ni da servicio a equipos o sistemas SORM. “Cualquier insinuación de que lo hacemos es incorrecta”, afirmó.

Quien sí continúa haciendo negocios en Rusia es la firma china Huawei.