Ericsson se aviene a pagar un total de 1.060 millones de dólares (unos 955 millones de euros) al gobierno de Estados Unidos para que se den por concluidas las investigaciones por corrupción que padece en dicho país, tras haber admitido que gastó millones en sobornos y falsificó su contabilidad entre los años 2000 y 2016.

El Departamento de Justicia ha declarado en un comunicado de prensa que Ericsson reconoce haber pagado sobornos, falsificado registros y no haber sometido su propia contabilidad a controles razonables, en el marco de una campaña de corrupción que abarcó 17 años y por lo menos cinco países, que serían Yibuti, China, Vietnam, Indonesia y Kuwait.

Se abonaron sobornos y otros pagos como parte de un esfuerzo por obtener contratos con entidades gubernamentales y estatales. Por lo menos en dos países, también se pagaron millones a consultorías para crear fondos secretos de reptiles.

Como consecuencia del acuerdo, la firma abonará una multa de 520 millones de dólares (unos 468 millones de euros) en Estados Unidos, así como otros 540 millones de dólares (unos 486 millones de euros) a la Comisión de Valores y Bolsa de dicho país para resolver un asunto relacionado. También se ha resuelto que el cumplimiento de lo acordado se someterá a supervisión independiente durante tres años.

Por otra parte, Ericsson Egypt, filial de Ericsson, se ha declarado culpable ante un tribunal estadounidense de un cargo de conspiración para violar la legislación antisoborno.

En virtud del acuerdo, el Departamento de Justicia postergará las acciones legales y retirará los cargos contra la empresa una vez transcurrido un plazo de tres años, siempre que Ericsson acepte una supervisión por parte de terceros, mejore los controles de cumplimiento de la normativa y coopere con otras investigaciones en curso.

Borje Ekholm, consejero delegado de Ericsson, ha afirmado mediante un comunicado que siente “pesar” por las actuaciones inapropiadas de su firma, pero añade que “el acuerdo con las autoridades estadounidenses nos permite pasar página. Ahora podremos seguir avanzando y fortalecer a la empresa.”

El directivo señala que el descubrimiento de las citadas irregularidades ha comportado que Ericsson ponga en marcha un “sólido programa de control”. La empresa ha asignado fondos adicionales para garantizar el cumplimiento de las normas y la investigación de posibles desviaciones, ha reorganizado el proceso de evaluación de las acusaciones por malas conductas, ha mejorado la supervisión de los compromisos con terceros y ha introducido herramientas analíticas para identificar e impedir la realización de transacciones de alto riesgo.

La empresa ya había provisionado 12.000 millones de coronas suecas (unos 1.145 millones de euros) para cubrir las penalizaciones previstas y los costes derivados de la investigación.