Los medios de comunicación chinos han destacado el problema cada vez más grave generado por los residuos electrónicos y los niveles relativamente bajos de reciclaje de smartphones en el país. Según las estimaciones, el número de teléfonos móviles desechados en la República Popular superará los 6.000 millones en 2025.

El diario South China Morning Post (SCMP) ha citado dicha estadística, aparecida previamente en un reportaje emitido por la cadena de televisión estatal CCTV sobre el elevado número de dispositivos que ya no se utilizan.

El SCMP añade que menos del 2% de los smartphones viejos se reciclan adecuadamente en China, mientras que el resto se tiran en cualquier parte o quedan sin usar en los hogares. Dicho medio no ha publicado estimaciones sobre los niveles actuales de abandono de teléfonos en el país asiático.

La desmesurada proyección se debe al incremento en las ventas de teléfonos compatibles con la 5G y a la aparición constante de nuevos dispositivos lanzados por las marcas fabricantes locales.

Residuos electrónicos
En varias partes del mundo se han adoptado medidas para hacer frente a las montañas de smartphones en desuso y otras clases de residuos electrónicos. Tanto los organismos reguladores como las empresas tratan de reducir el impacto medioambiental del sector tecnológico.

En lo que respecta a los teléfonos, existen programas para reciclar los componentes de los dispositivos, prolongar la vida útil de los teléfonos mediante reparaciones y actualizaciones, eliminar la necesidad de múltiples cargadores y periféricos, y fomentar la reventa.

La última edición del informe de seguimiento de residuos electrónicos de la ONU (publicado en 2020) sitúa a China como mayor productor mundial, con 10,1 millones de toneladas generadas en 2019 en toda la gama de aparatos eléctricos y dispositivos, no solo smartphones.