El Tribunal Supremo de Estados Unidos ha dado la razón a Google en una batalla judicial que ha durado más de una década, al dictaminar que dicha firma no ha transgredido la legislación sobre derechos de autor al usar partes del código de software de Oracle para desarrollar su sistema operativo Android.

Oracle emprendió acciones legales en 2010 sobre la base de la definición de uso legítimo del código Java y en la hipótesis de que la utilización de dicho código por Google infringe los derechos de autor. La empresa de software solicitó casi 9.000 millones de dólares (unos 7.570 millones de euros) en concepto de daños y perjuicios.

El Tribunal Supremo tomó las riendas del caso en octubre de 2020. En una decisión adoptada por mayoría, dictamina que Google puede ampararse en las garantías legales de uso razonable en relación con unas 11.500 líneas de código de Oracle empleadas para asegurar la compatibilidad de Android con el software Java, que ahora es propiedad de Oracle.

Dicho tribunal explica que la atribución de derechos de autor a Oracle en este caso “podría perjudicar al bien público” y señala los costes y dificultades de producir interfaces alternativas de programación de aplicaciones.

Añade que numerosos programadores conocían los bloques de código de Oracle y que una sentencia favorable a dicha empresa “limitaría la creatividad futura en nuevos programas”.
“Tan solo Oracle poseería la llave.”

Dorian Daley, vicepresidente ejecutivo y director jurídico en Oracle, ha arremetido contra la decisión. Afirma que “la plataforma de Google y su poder en el mercado acaban de crecer, las barreras contra la entrada en el mercado se han vuelto más sólidas, y se han perdido posibilidades de competir”.

“Robaron Java y se han pasado toda una década litigando como solo puede hacerlo un monopolio. Precisamente por este tipo de conducta, las autoridades reguladoras del mundo entero y de Estados Unidos están analizando las prácticas empresariales de Google.”

La victoria de Google en el Tribunal Supremo ha tenido lugar después de varios dictámenes sobre el caso en sentidos opuestos. Un veredicto favoreció a Google en 2016 y otro respaldó a Oracle en 2018.