El Supervisor Europeo de Protección de Datos (SEPD) ha reclamado que se utilice una única aplicación móvil en toda la Unión Europea (UE) para rastrear la propagación de la Covid-19 (nuevo coronavirus), a fin de garantizar que no se incumpla la normativa de privacidad en la lucha contra la pandemia.

En una intervención en vídeo el lunes 6 de abril, Wojciech Wiewiorowski (en la foto), jefe de dicho organismo de control independiente, afirma que la crisis derivada de la pandemia “costará meses de lucha” y “años de recuperación”, y que no podrá resolverse tan solo con herramientas nacionales.

Wiewiorowski explica que el uso de tecnología Bluetooth para el rastreo de contactos parece “un camino útil para garantizar de manera efectiva la privacidad y la protección de datos personales”.

En la actualidad se está tomando en consideración el uso de dicha tecnología en el rastreo, y el grupo PPP-PT (Rastreo de Proximidad Paneuropeo con Preservación de la Privacidad) se plantea utilizarla en el marco de una estrategia para toda la región. También se trabaja en una línea similar en Alemania.

Preocupación por el RGPD

Wiewiorowski observa que el Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD), vigente desde mayo de 2018, permite el procesamiento de datos confidenciales “siempre que sea necesario por razones de interés público en el área de salud pública, como por ejemplo para combatir graves amenazas contra la salud de carácter transfronterizo”.

Por ello, el RGPD “no opone obstáculos al procesamiento de datos personales, si las autoridades sanitarias lo consideran necesario para luchar contra la pandemia”.

Con todo, advierte que “las grandes recopilaciones de datos implican una gran responsabilidad”, y afirma que la autoridad supervisora colaborará con la Comisión Europea a fin de garantizar que el uso de datos personales sea temporal, y que estos se eliminen después de la pandemia.

Explica que también deben regularse las finalidades que se puedan perseguir con las actuaciones y el acceso a datos, y añade que los desarrolladores tecnológicos que trabajen en herramientas para combatir el virus deben garantizar que la protección esté incorporada “desde el principio”.

Wiewiorowski entiende que, a fin de lograrlo en Europa y fuera de ella, las aplicaciones deben desarrollarse en cooperación con la Organización Mundial de la Salud.