La lucha contra la pandemia de Covid-19 (nuevo coronavirus) podría alargarse durante varios años, mientras no se disponga de acceso generalizado a una vacuna. Pero la buena noticia es que la tecnología móvil, mediante herramientas tales como las aplicaciones de rastreo de contactos, puede amortiguar el impacto del virus al reducir el número de personas que deben permanecer en cuarentena, lo que conduciría a una asignación de recursos públicos más eficaz.

Hace decenios que los epidemiólogos practican el rastreo de contactos para hallar a personas potencialmente infectadas por enfermedades. Las aplicaciones digitales de rastreo de contactos pueden facilitar el proceso y ayudar a los usuarios a tomar decisiones que repercutan positivamente en su propia salud y en la de los demás.

La generalización del uso de smartphones y la cobertura de banda ancha móvil ofrecen una plataforma para desarrollar soluciones de rastreo de contactos. Durante los últimos años, la industria de telefonía móvil se ha desarrollado con rapidez. Hoy en día las redes de banda ancha móvil cubren más del 90% de la población mundial y los smartphones suponen casi tres cuartas partes del volumen total de dispositivos, según las cifras aportadas por GSMA Intelligence (véase gráfico más abajo, hacer clic para ampliarlo).

Los países más afectados por casos de Covid-19 –Estados Unidos, China, Italia, Francia y Reino Unido– cuentan con una implantación relativamente amplia del smartphone. Por ello, las soluciones que hagan uso de dicho dispositivo pueden ser una herramienta vital en su lucha contra el virus.

Las soluciones actuales para el uso de teléfonos móviles en el rastreo de infecciones se dividen en dos categorías:

  • Soluciones centralizadas basadas en el GPS, las antenas de móvil u otros métodos, como los registros de tarjetas de crédito, que recogen los movimientos geográficos de los usuarios infectados (o potencialmente infectados).
  • Soluciones descentralizadas en las que se utilizan aplicaciones con base en Bluetooth, en las que el propio teléfono móvil del usuario almacena los registros de proximidad a otros usuarios.

Las soluciones centralizadas se han adoptado principalmente en países de Extremo Oriente. Sin embargo, dicha opción no suele hallar buena acogida en países donde existe mayor concienciación en torno a la privacidad de los datos. Actualmente asistimos al desarrollo de soluciones descentralizadas, sobre todo por parte de Apple y Google, que colaboran en la creación de una interfaz de programación de aplicaciones. Gracias a ella, los organismos de salud pública podrían encomendar a desarrolladores que escriban sus propias aplicaciones para recoger de forma segura información anonimizada sobre la proximidad de los usuarios. Aparte de contribuir a despejar temores sobre la privacidad de los datos, una solución Bluetooth consume menos batería que el GPS o las señales de los móviles.

¿Cuán efectivo es el rastreo de contactos mediante Bluetooth?

Un equipo de investigadores de la Universidad de Oxford, en el Reino Unido, ha explicado el funcionamiento de una posible aplicación de rastreo de contactos. Ha creado un modelo epidemiológico basado en la estructura demográfica del Reino Unido y en el uso del smartphone. De acuerdo con su simulación, la aplicación podría ser eficaz en el control de la propagación del virus cuando se ponga fin al confinamiento, siempre que aproximadamente el 60% del país la utilice y, llegado el caso, siga sus recomendaciones de autoaislamiento. El informe afirma que se podría evitar una infección por cada uno o dos usuarios.

No cabe duda que, cuantas más personas utilicen la aplicación, mayor será su eficacia en el combate contra el virus. Con todo, no será fácil hacerla llegar al gran público. Por ejemplo, hace un mes que salió la aplicación TraceTogether de Singapur, pero solo la utiliza alrededor de un millón de los 5,7 millones de habitantes del país. Según parece, los singapurenses se mostraron reacios a utilizar la versión inicial de la aplicación (ya corregida), que debía usarse en primer plano para que el dispositivo funcionara, lo que impedía el uso de otras aplicaciones y agotaba la batería.

También es probable que algunos singapurenses no consideraran urgente la instalación de la aplicación, porque el país había decretado medidas de confinamiento relajadas en comparación con las que se han aplicado, por ejemplo, en los mercados europeos. En estos últimos países el deseo de poner fin al confinamiento puede ser mayor, y tal vez induzca a un número mayor de usuarios de smartphones a instalarse la aplicación. Pero por otra parte, la preocupación de los individuos por la privacidad de sus datos es más fuerte y podría imponer límites a la adopción del rastreo de contactos digitales. Algunas personas temerán a los piratas informáticos, mientras que otras temen la monitorización y el uso indebido de datos por parte de las autoridades.

Con todo, ciertos indicios apuntan a que los europeos podrían estar dispuestos a conformarse con una menor privacidad, dados los potenciales beneficios de una aplicación de rastreo de contactos en la lucha contra el Covid-19.

La Universidad de Oxford ha trabajado con un equipo de economistas conductuales que ha encuestado a 6.000 potenciales usuarios de la aplicación en el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y Estados Unidos. La proporción de encuestados dispuestos a instalarse la aplicación oscila entre el 67,5% y el 85,5%. Otra encuesta realizada por The Guardian y Essential Research muestra que alrededor de la mitad de los australianos piensa que Covidsafe, la aplicación gubernamental de rastreo de contactos, frenará la propagación del virus y también permitirá levantar en un plazo más breve las restricciones de distanciamiento físico.

Las aplicaciones de rastreo de contactos se basan en un modelo natural de rastreo y autoaislamiento, pero pueden ser más eficaces si se comparten más los datos

El modelo simple identifica a quienes han estado en contacto con personas infectadas y asume que se autoaislarán, pero aún sería posible acelerar el proceso y reducir aún más los costes para la sociedad. Todo ello dependerá, por supuesto, de la disponibilidad de recursos públicos y del volumen de datos que las personas estén dispuestas a compartir con las autoridades.

Si se sometiera a pruebas a todas las personas con las que se contacta, tan solo las infectadas deberían permanecer en su hogar, lo que reduciría el impacto sobre la actividad económica. Pero solo será posible si el sistema de salud es capaz de efectuar suficientes pruebas y distribuirlas en el tiempo preciso. Ambos objetivos serán mucho más fáciles de alcanzar si el sistema sanitario tiene acceso a los datos generados por la aplicación.

Aparte de las pruebas, los sistemas de salud podrían aprovechar los datos de muchas otras maneras. Así, por ejemplo, recursos tales como camas de hospital y respiradores podrían redistribuirse de acuerdo con los datos recogidos sin esperar a que se solicitaran explícitamente. Necesitamos que dichas herramientas se hallen en el lugar y el momento adecuados para salvar vidas, pero sin desperdiciar recursos en una situación de epidemia que no se dará con frecuencia.

¿Qué sucederá en países donde el smartphone no tenga tanta presencia? El rastreo mediante señales móviles y el envío de alertas a través de la difusión de mensajes de texto pueden seguir siendo útiles, aunque también planteen problemas de privacidad (dado que cualquier solución que se use contra la Covid-19 exigirá datos provenientes de operadoras de redes móviles, la GSMA ha elaborado directrices para ayudar a dichas operadoras a colaborar con los gobiernos y las autoridades sanitarias, y preservar al mismo tiempo la privacidad y la confianza de los abonados). Las soluciones podrían afectar negativamente a la batería, y es probable que los datos recogidos por teléfonos básicos no sean tan detallados como los provenientes de smartphones, y tal vez no resulten tan útiles.

No existe una solución universal que pueda aplicarse a todos los mercados. Cada país adoptará un paquete de soluciones propias para luchar contra el coronavirus. Tal como decía el creador de la aplicación TraceTogether recientemente en su blog, “el rastreo automatizado de contactos no es la panacea del coronavirus”. La tecnología es necesaria, pero no triunfará por sí sola.

– Gu Zhang – analista sénior, Operadoras Móviles y Redes, GSMA Intelligence

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