El gobierno del Reino Unido ha prohibido el uso de equipamiento para 5G producido por Huawei y ha concedido a las operadoras un plazo para eliminar los productos ya instalados que finalizará el 2027. Se cree que dicho proceso retrasará entre dos y tres años el despliegue de la nueva tecnología y comportará un coste de hasta 2.000 millones de libras esterlinas (más de 2.200 millones de euros).

En virtud del nuevo proyecto de ley de seguridad en las telecomunicaciones –que aún no ha sido aprobado por el Parlamento, pero difícilmente hallará oposición significativa–, las operadoras no podrán adquirir equipamiento 5G de Huawei desde finales de 2020 y los productos ya instalados deberán retirarse en un plazo que finalizará en el año 2027.

El nuevo proyecto de ley revoca las directrices presentadas en enero, que autorizaban a las operadoras a usar productos de Huawei en el 35% de sus redes de radio (RAN) para 5G, pero no en las redes centrales.

Dichas directrices se revisaron después de que Estados Unidos reforzara las sanciones a la cadena de aprovisionamiento.

Al anunciar el proyecto en la Cámara de los Comunes, Oliver Dowden, secretario de Estado de Tecnología Digital, Cultura, Medios de Comunicación y Deportes, ha declarado que “estas decisiones no se toman a la ligera” y ha señalado que “esto retrasará nuestro despliegue de la 5G”.

Ha añadido que “ir más lejos, y más rápido, sin contentarnos con el objetivo fijado para 2027 comportaría costes y demoras significativos e innecesarios”.

Dowden estima que las medidas adoptadas retrasarán el despliegue de la 5G por un período de hasta tres años y su costo será de hasta 2.000 millones de libras esterlinas (2.206 millones de euros).

BT y Vodafone habían advertido en fecha reciente que la eliminación completa del equipamiento de Huawei sin interrupción del servicio podría durar entre cinco y siete años.

La medida solo afecta al equipamiento usado en 5G, si bien Dowden ha explicado que su país también prevé llevar a cabo un estudio técnico para evaluar el equipamiento de fibra y tecnologías móviles más antiguas.

Reacciones

Al conocerse la noticia, un representante de Huawei ha afirmado que la posición de su firma en el Reino Unido se ha politizado y que la decisión responde a la “política comercial de Estados Unidos y no a cuestiones de seguridad”.

La firma china añade que el proyecto de ley “amenaza con llevar a Gran Bretaña al carril más lento en tecnología digital, hinchar las facturas y ampliar la brecha digital. En vez de nivelar hacia arriba, el gobierno nivela hacia abajo, y lo exhortamos a reconsiderar su postura. Confiamos en que las nuevas restricciones impuestas por Estados Unidos no afectarán a la solidez ni a la seguridad de los productos que suministramos al Reino Unido.”

“Estudiaremos con detalle las implicaciones de esta medida para nuestro negocio en el Reino Unido y trabajaremos con su gobierno para explicar nuestra contribución a una Gran Bretaña mejor conectada.”

La firma rival Ericsson se ha apresurado a presentarse como alternativa viable que podría salvar el calendario original de la 5G.

Arun Bansal, presidente de su división de Europa y América Latina, explica en una declaración que la firma “dispone de la tecnología, experiencia y capacidades de cadena de suministro” para ayudar a crear una “red 5G líder en todo el mundo, por el bien del pueblo, los negocios y la economía del Reino Unido”.

Ericsson dice estar “preparada para trabajar con las operadoras del Reino Unido a fin de que puedan cumplir su calendario, sin que los clientes resulten perjudicados”, y añade que la decisión gubernamental “elimina la incertidumbre que ralentizaba las decisiones de inversión” en torno al despliegue de 5G en el país.

Giro de 180 grados

El gobierno ha cambiado de posición después de que las autoridades de seguridad hayan estudiado la situación creada por las nuevas sanciones estadounidenses contra Huawei, y también como consecuencia de las presiones de políticos del Reino Unido y de los propios Estados Unidos, que han llevado a cabo una prolongada campaña internacional contra la empresa.

Horas antes de la confirmación formal, Huawei ha anunciado la dimisión de John Browne, su presidente en Gran Bretaña. La empresa explica en una declaración que el trabajo de dicho directivo ha sido “vital para garantizar el compromiso de Huawei con la gobernanza corporativa en el Reino Unido” y “fundamental en nuestro compromiso con este país, que se remonta a 20 años”.