Facebook acaba de celebrar su congreso TIP Summit 2018. Es la tercera vez que los participantes en su Telecom Infrastructure Project (TIP, Proyecto de Infraestructuras de Telecomunicaciones) y otras partes interesadas se reúnen desde que este se puso en marcha en 2016.

El lanzamiento del TIP tuvo lugar en el MWC 2016 y suscitó un interés innegable. Facebook, que ya estaba perturbando el negocio de muchas operadoras, declaraba sus aspiraciones de transformar también el negocio de las redes de telecomunicaciones, centrándose en las tecnologías de red abiertas.

El sector de infraestructuras de telecomunicaciones ya se movía en esa dirección, y un empujoncito extra de una firma como Facebook era más que bienvenido, sobre todo si se buscaba rebajar los costes de las redes y conectar a los que no estaban conectados.

¿Acaso había algo malo en todo ello?

Pues, para empezar, no estaba nada claro qué motivos podían tener los fabricantes para cooperar en el programa. Nokia era miembro fundador, pero estaba claro que un plan para abrir “lo que tradicionalmente ha sido un sistema cerrado” amenazaría los intereses de cualquiera que venda dentro de ese sistema cerrado.

Si se pregunta a los fabricantes por el apoyo que brindarán a la innovación en redes, estos, por supuesto, se apresurarán a decirnos que desarrollarán y construirán todo lo que los clientes estén dispuestos a pagar. ¿Podemos suponer que las operadoras, que por lo general no sienten mucho interés por cambiar, tampoco se apresurarán a pedir cambios a su proveedor? ¿O que si las operadoras piden a los fabricantes que innoven en nombre de la apertura es posible que luego no compren las soluciones resultantes, sobre todo si son menos fiables o más caras a corto plazo?

Con todo, las fuerzas que impulsaban el TIP no han dejado de desarrollarse. Las operadoras ven una oportunidad de promover la innovación en redes. Los fabricantes (sobre todo los que aspiran a arrebatar cuota de mercado a otros) ven una oportunidad de entrar en el negocio de redes que hasta ahora estaba cerrado para ellos. Facebook ve una oportunidad de lograr una relación más estrecha con los proveedores de servicios de los que depende para garantizar la conectividad, y al mismo tiempo persigue la meta altruista de incrementar el uso de Internet en los mercados emergentes.

Apoyo creciente

El puñado de miembros que participó en el lanzamiento ya se había transformado en “más de 300” en la primera TIP Summit y cuenta hoy en día con “más de 500 organizaciones miembros”. El interés inicial, más bien impreciso, en “acceso, red troncal, núcleo y gestión” se ha transformado en un trabajo concreto en torno a OpenRAN, mmWave y tecnologías ópticas abiertas. A todo ello se han añadido otros flujos de trabajo sobre conectividad, energía y fronthaul vRAN, inteligencia artificial y aprendizaje automático, slicing integral de redes e integración de soluciones.

Esta semana se ha anunciado que también se trabajará en la desagregación de sistemas (portal de emplazamientos celulares y ópticos), resultados de pruebas con fronthaul vRAN, pruebas con OpenCellular, y el OpenRAN RFI lanzado en junio por Vodafone y Telefónica. Se mire como se mire, los resultados son impresionantes.

Misión cumplida, ¿verdad? Quizá no.

El problema se halla en la propuesta de valor esencial de TIP, que consiste en conectar a los que no están conectados. Éste ha sido el tema central de la TIP Summit de 2018. En el curso de una charla informal entre Jay Parikh (vicepresidente de ingeniería de Facebook) e Ina Fried (Axios), se aseguró que es el objetivo principal del TIP. Y si dejamos aparte los motivos de Facebook, el problema es real. Basta con echar una mirada a nuestro Índice de Conectividad Móvil (véase tabla inferior).

En ciertas regiones (como el África subsahariana), casi el 40% de la población no cuenta con cobertura de ninguna red móvil. E incluso en las regiones donde la cobertura de red llega al 80%, el porcentaje de personas que cuentan con dicha cobertura, pero no con conexión –a causa de los costes, la disponibilidad de contenido o la disposición del consumidor– sobrepasa en no pocos casos el 40%.

No cabe ninguna duda de que la conectividad importa. Lo que no está nada claro es que Facebook y el TIP puedan transformar el panorama de la conectividad.

Sin duda, una rebaja en los costes de las infraestructuras de redes podría facilitar el despliegue de redes para atender a quienes carecen de cobertura. Pero confundir la infraestructura de redes con las propias redes es un error. Las redes exigen emplazamientos, espectro y personal que las mantenga activas. Las posibilidades de que el TIP consiga algo en dichos ámbitos son limitadas.

Si quedaba alguna duda sobre la magnitud de los costes no incluidos en la infraestructura de redes, pensemos en los gastos operativos (opex) de las operadoras de telefonía móvil, en comparación con sus gastos de capital (capex). No hablamos de un 50% frente a otro 50%. Ni tampoco de dos tercios frente a uno. En muchos casos la proporción se acerca a cinco a uno, si no más, siempre en favor de los gastos operativos.

El TIP podría conseguir avances en la escala y eficiencia de coste de las infraestructuras de redes, pero hablamos tan solo de una parte de la ecuación de conectividad.

Por todo ello, en definitiva, resulta alentador ver que los mensajes del TIP sobre conectividad rural están acompañados por un progreso en innovaciones tales como el slicing de redes, la computación en el borde de la red, la 5G NR y otras tecnologías que se pueden desplegar en todas partes. No porque la conectividad rural no sea importante, sino porque la capacidad de las innovaciones del TIP para logar el éxito siempre puede verse limitada por dinámicas que sobrepasan la pura tecnología.

– Peter Jarich, director of GSMA Intelligence

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