Los organismos reguladores han emitido su dictamen sobre la propuesta de fusión entre Vodafone UK y su competidora local 3, y aunque pueda parecer que nos hallamos al final de un proceso que se había alargado mucho, los analistas se han apresurado a señalar que ahora empieza lo realmente difícil para las partes involucradas.
No ha sido una sorpresa que la CMA (siglas inglesas de Autoridad de Competencia y Mercados, un organismo regulador del Reino Unido) haya aprobado la fusión, dedo que el organismo había rebajado el tono de sus objeciones desde principios de noviembre. Por lo general, las opiniones procedentes de la propia industria han sido positivas, si bien BT y la operadora de red móvil virtual Sky Mobile formularon severas críticas durante el proceso.
Kester Mann, director de Consumo y Conectividad de CCS Insight, señala que el resultado final viene a ser, en la práctica, “el mejor al que podían aspirar Vodafone y 3”.
“No sólo han obtenido la aprobación, sino que las soluciones y los compromisos acordados son menos onerosos de lo que se temía.”
Matthew Howett, fundador y consejero delegado de Assembly Research, alberga la esperanza de que la operación tenga “consecuencias positivas en general, no sólo para la inversión en redes y la calidad de estas, sino también para los clientes mayoristas, los consumidores y las empresas que dependen de ellas”.
Se espera que el acuerdo quede formalizado durante el primer semestre de 2025. Mann ha señalado que, tras obtener la aprobación, “empieza lo realmente difícil”.
Línea fija
Dario Talmesio, director de Investigación en Omdia, ha señalado que la entidad resultante de la fusión, “sin duda, controlará una porción significativa del mercado de telefonía móvil”, pero tendrá que mejorar su actuación en un plano más amplio para poder competir en un mercado de comunicaciones convergentes.
Según Talmesio, “EE, del Grupo BT, se ha establecido como líder en banda ancha, mientras que VMO2, formada a partir de la fusión de Virgin Media y O2, domina las ofertas tanto de telefonía fija como móvil”.
Talmesio añade que la empresa fruto de la fusión “tendrá que buscar adquisiciones o alianzas estratégicas, y probablemente estudiar proveedores de red alternativos a fin de reforzar su presencia en banda ancha fija y otros servicios complementarios”.
“El plan para abordar el mercado de línea fija mediante FWA (siglas inglesas de acceso fijo inalámbrico) es atractivo, pero difícilmente podría ganar escala en un mercado actualmente inmerso en la expansión de la fibra.”
Otro reto importante al que se enfrentan ambas firmas será la integración física de las empresas y sus activos.
Mann señala que “obtener la aprobación de los organismos reguladores es una cosa, y combinar dos redes móviles ya establecidas, con gran diversidad de suministradores, otra muy distinta”.
Paolo Pescatore, fundador de PP Foresight, opina que “tendrán que pasar muchos años para que los beneficios que aporta el acuerdo se hagan efectivos, y habrá que tomar muchas decisiones difíciles”. Así, por ejemplo, piensa que la fusión de las dos redes “no será nada fácil” y que es poco probable que se realice sin que se presente ningún obstáculo.
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Los rivales tendrán una ventana de oportunidad para captar clientes descontentos durante el difícil proceso de integración
Paolo Pescatore, fundador PP Foresight
El analista añade que “sus competidores tendrán una ventana de oportunidad para atraer a clientes descontentos durante el difícil proceso de integración. Tendrán que priorizar la puesta en práctica de una estrategia exitosa y la elección de una marca atractiva para consumidores y empresas.”
Mann también ha planteado la cuestión de la marca. El analista señala que “a largo plazo, no tendría mucho sentido mantener a la vez las marcas Vodafone y 3, porque estas compiten sobre todo en el mercado de telefonía móvil y, por tanto, supondrían una duplicación de costes.”
Tanto Pescatore como Mann destacan el papel de Vodafone como socio principal, aunque posea tan sólo una participación del 51% en la empresa conjunta, y piensan que será su marca la que prevalezca.
Mann señala que 3 ha “tenido que lidiar con percepciones negativas sobre la calidad de su red desde su mismo lanzamiento, que tuvo lugar hace ya 20 años, a pesar de las notables mejoras en 5G”, mientras que Pescatore afirma que “cuesta imaginar que la marca Vodafone desaparezca de su mercado principal, el Reino Unido”.
Gestión del cambio
Sin embargo, estas transiciones nunca son fáciles, y Mann apunta que “el paso a una única presencia digital comportará una inversión significativa en TI y provocará cambios importantes en las tiendas físicas”.
Añade que la nueva empresa tendrá que proceder con cuidado al informar sobre la nueva situación, “puesto que algunos clientes podrían resistirse a cambiar a una nueva marca”.
Según Pescatore, “el liderazgo” en redes “determinará el éxito o fracaso del acuerdo”. El directivo se pregunta “en qué medida las así llamadas promesas [al organismo regulador] redundarán en inversión efectiva en redes, cuando la 5G ya está ampliamente disponible”.
Talmesio señala que la fusión “creará un gigante de las telecomunicaciones” y supondrá un “momento crucial para el futuro” de la telefonía móvil y la banda ancha en el Reino Unido.
El analista concluye que “una mayor concentración del mercado podría favorecer la mejora de redes y servicios, pero también plantea el reto de mantener unos precios competitivos y garantizar que se cumplan los compromisos con los organismos reguladores”.
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