La preocupación de los Estados Unidos por la posibilidad de que el equipamiento de redes de Huawei pueda amenazar la seguridad del país ha salido a relucir una vez más con un intento del Congreso de bloquear un posible acuerdo sobre infraestructuras 5G en Corea del Sur.

Tres políticos estadounidenses apremiaron en diciembre a Ash Carter, por aquel entonces Secretario de Defensa, a estudiar los riesgos de seguridad a los que podía enfrentarse el personal militar estadounidense destacado en Corea del Sur si el gobierno de dicho país otorgaba el contrato a Huawei. Según Pulse News, los tres políticos -el representante Steve Chabot y los senadores Mark Kirk y John Cornyn- afirmaron que el motivo de su preocupación eran los lazos que unían a Huawei con el gobierno de China.

La web de noticias citada observa que Huawei tiene, por ahora, un único acuerdo público con Corea del Sur para suministrar equipamiento de redes que cubra los Juegos Olímpicos de Invierno del 2018 en Pyeongchang. Según Pulse News, la empresa china también ha trabajado con la operadora LG Uplus en Internet de las Cosas de Banda Estrecha (NB-IoT), y ambas habían colaborado previamente en LTE-Advanced.

En el curso de una investigación estadounidense anterior, Huawei negó todo lazo con el gobierno chino. Las acusaciones -entonces y ahora- parecen basarse en que el fundador de Huawei, Ren Zhengfei (en la foto), había sido oficial del ejército chino.

Caza de brujas

En octubre del 2012, Huawei y ZTE, una de sus rivales en el mercado chino, replicaron a las recomendaciones que figuraban en un borrador de informe del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, en el que se aconsejaba imponer restricciones a la actuación de dichas empresas en los Estados Unidos, a causa de sus conexiones con el gobierno chino.

En aquella ocasión, Huawei afirmó que las autoridades estadounidenses no habían “presentado información precisa ni pruebas en las que se pudieran sustentar las preocupaciones del Comité”, y criticó a dicho comité por haber menospreciado los intentos efectuados por la empresa para clarificar sus estructuras de propiedad y administración.

El fabricante había denunciado previamente que los intentos del gobierno de bloquear sus negocios en el país suponían un retorno a las cazas de brujas de la Era McCarthy.

Aparte de la preocupación de los Estados Unidos por los riesgos de seguridad que puede plantear el equipamiento de Huawei, el gobierno también acusa a la empresa de cobrar subsidios estatales ilegales que le han permitido debilitar a sus rivales internacionales.

La acusación de haber recibido subsidios motivó una investigación de la Comisión Europea en torno a las prácticas de las empresas chinas en dicha región, que la Comisión dio por cerrada en el 2014.