El cohete New Glenn de Blue Origin ha logrado alcanzar la órbita en su vuelo inaugural, marcando un hito histórico tanto para la empresa de Jeff Bezos como para el sector espacial comercial.
El lanzamiento se realizó el 16 de enero desde el Centro Espacial de Cabo Cañaveral (Florida, Estados Unidos), tras varios intentos fallidos debido a condiciones meteorológicas adversas y problemas técnicos en un subsistema del vehículo.
Blue Origin ha confirmado que su carga útil, denominada Blue Ring Pathfinder, está operativa y transmitiendo datos correctamente.
Según explica la empresa en su web, su división de sistemas espaciales ha desarrollado esta carga útil para poner a prueba sistemas básicos de vuelo y tierra, así como diversas capacidades operativas.
El proyecto ha contado con la colaboración de una Unidad de Innovación en Defensa del gobierno estadounidense.
Blue Origin compite directamente con SpaceX, la empresa de Elon Musk, en el mercado de los cohetes reutilizables.
Aunque el lanzamiento del New Glenn fue exitoso, no se logró recuperar el propulsor reutilizable mediante el previsto aterrizaje en la plataforma marina.
Dave Limp, CEO de Blue Origin, ha reconocido que sabían que sería difícil conseguir el aterrizaje del propulsor en la plataforma marina en este primer intento, pero ha confirmado que volverán a intentarlo en el próximo lanzamiento, previsto para los próximos meses.
La compañía tiene planes ambiciosos para el New Glenn, incluyendo el objetivo de establecer una presencia humana permanente en Marte, una visión que comparte con Elon Musk.
Además, Blue Origin planea utilizar el cohete para realizar un alunizaje dentro del programa Artemis de la NASA.
Entre sus clientes se encuentran AST SpaceMobile y Project Kuiper de Amazon, además de varios proveedores de servicios de comunicaciones cuya identidad no se ha revelado.
La empresa está además en proceso de certificar el New Glenn con la Fuerza Espacial de Estados Unidos para el programa de Lanzamiento Espacial de Seguridad Nacional.
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