Dish Network ha provisionado un cargo por deterioro de 253 millones de dólares (unos 234 millones de euros) tras abandonar sus planes de despliegue de una red NB-IoT, con la intención de centrarse en el desarrollo de su red 5G y en la entrada en el mercado de servicios móviles en Estados Unidos.

La firma había concebido la red NB-IoT como un medio para cumplir los plazos de construcción asociados a sus licencias de espectro, y había contratado a Ericsson para que se encargara del despliegue.

Charlie Ergen, presidente de Dish Network, ha afirmado en el curso de una teleconferencia sobre beneficios que abandonar la inversión de 500 millones de dólares (unos 462 millones de euros) en la red NB-IoT “no lo mejor que nos podìa ocurrir, pero es lo correcto”, y que su firma quiere crear una red 5G que “será la envidia del mundo entero”.

Dish Network señala que ha adoptado la decisión después de que la FCC (siglas inglesas de Comisión Federal de Comunicaciones, un organismo regulador estadounidense) extendiera el plazo concedido a la operadora, como consecuencia de la aprobación de la fusión entre T-Mobile US y Sprint.

El cargo por deterioro cubre los activos que no serán reutilizados en el plan 5G.

Los directivos han indicado que la selección de proveedores de 5G está en curso y que se prevé invertir entre 200 y 500 millones de dólares (aproximadamente, de 185 a 462 millones de euros) en proyectos de telefonía móvil para 2020.

Ergen explica que el objetivo es lanzar un servicio de prepago en, por lo menos, un mercado para finales de 2020, y el de postpago para 2021. Afirma que la adquisición de los activos de prepago Boost Mobile de Sprint no se producirá antes del 1 de junio.

Los beneficios netos han caído a 73,1 millones de dólares (unos 68 millones de euros) en el primer trimestre, frente a los 339,8 millones de dólares (unos 314 millones de euros) en el período equivalente de 2019, sobre una facturación que ha subido de 3.190 a 3.220 millones de dólares (aproximadamente, de 2.946 a 2.974 millones de euros).