Según el diario Financial Times (FT), China ha ordenado a todos los departamentos de la administración estatal e instituciones públicas que sustituyan el equipamiento y programas informáticos no nacionales por alternativas nacionales en un plazo de tres años.

Dicha medida se interpreta como una represalia por la prohibición de exportar que el gobierno de Estados Unidos ha impuesto a Huawei, y supone un golpe para empresas como Microsoft, HP y Dell.

El gobierno chino había comunicado la decisión en una fecha anterior, si bien los detalles no han salido a la luz hasta que los empleados de dos firmas de ciberseguridad han declarado a FT que sus clientes les habían informado al respecto.

Según parece, Pekín ha establecido objetivos específicos de sustitución de tecnología no nacional, lo que ha beneficiado a firmas como Huawei y ZTE, que aún padecen problemas en Estados Unidos y en otros mercados internacionales.

El gobierno de Estados Unidos no solo ha prohibido a Huawei la compra de equipamiento fabricado en el país, sino que además se ha embarcado en una campaña internacional en la que presiona a sus aliados para que bloqueen el despliegue de equipamiento 5G de Huawei por motivos de seguridad.

Un programa de gran importancia

Analistas de la correduría China Securities han declarado a FT que, como resultado de la orden, habría que reemplazar entre 20 y 30 millones de piezas de hardware, y que alrededor de la mitad de las sustituciones tendrá lugar en 2021.

La administración pública ya utiliza ordenadores personales de Lenovo.

Sin embargo, no parece que el desafío principal provenga del hardware. Buena parte de la administración usa Microsoft Windows, o Apple macOS, y dichos sistemas operativos deberán ser reemplazados por otros producidos en China.

Una alternativa ya conocida es el sistema operativo Kylin, pero este tropieza con el obstáculo de que el grupo de desarrolladores que producen software vinculado es mucho menor.