AT&T ha puesto en marcha su red LTE-M en México, tras realizar con éxito pruebas piloto en dicho país durante el tercer trimestre y lanzar la misma tecnología en los Estados Unidos a mediados del 2017.

En mayo, tras el lanzamiento de la LTE-M en los Estados Unidos, ya anunció que centraría su atención en México, con el objetivo de desplegar la red de bajo consumo para Internet de las Cosas a finales de año.

En setiembre, AT&T anunció la realización de pruebas piloto en Tijuana y en Puebla durante el tercer trimestre, así como su primera sesión internacional de datos con LTE-M entre los Estados Unidos y México, en lo que la empresa considera “la primera sesión internacional de datos con LTE-M en todo el mundo”.

Al anunciar sus planes para impulsar el despliegue de la LTE-M en México, la empresa ha hecho

pública su intención de combinar las redes estadounidense y mexicana, con el objetivo de atender a 400 millones de personas mediante dicha tecnología.

AT&T afirma que la red mexicana favorecerá el funcionamiento de servicios de Internet de las Cosas tales como ciudades inteligentes, gestión de activos, sistemas de seguridad y otras capacidades.

LTE-M –también conocida como categoría M1 (Cat-M1)– es una de las tres tecnologías de bajo consumo y área extensa homologadas por el 3GPP. Las otras dos son NB-IoT y EC GSM IoT. Las operadoras estadounidenses sienten una especial predilección por LTE-M, si bien dicha tecnología también cuenta con el respaldo de Orange y KPN en Europa.

Todo ello se enmarca en una estrategia más amplia de AT&T para incrementar su presencia en México. AT&T trabaja para consolidarse como rival de Telefónica y América Móvil, las operadoras dominantes en el país, tras haber adquirido dos proveedoras más pequeñas como Iusacell y Nextel México en el 2015.

En ese momento, AT&T se comprometió a invertir 3.000 millones de dólares (unos 2.500 millones de euros) para ampliar su cobertura inalámbrica a 100 millones de residentes en el país para finales del 2018.