Más de 50 operadoras se han adherido recientemente a una iniciativa para combatir el cambio climático liderada por la GSMA y se han avenido a revelar el impacto ambiental de sus negocios, en el marco de un plan en varias etapas para lograr que las emisiones netas se sitúen en el cero.

Dicha información contribuirá al desarrollo de una hoja de ruta para la reducción del carbono en la industria de telefonía móvil. Las operadoras aspiran a aplicarla en febrero de 2020. El calendario acordado indica que las operadoras consideran que el problema es prioritario, y se ha dado a conocer en un momento en el que tienen que enfrentarse cada vez más a los efectos del cambio climático, como por ejemplo fenómenos meteorológicos extremos, temperaturas más altas y aumento del nivel del mar.

El calor se siente

La operadora australiana Telstra lleva varios años trabajando en incrementar la resistencia de su red, a fin de reducir el impacto de las alteraciones climáticas sobre su negocio. En su informe sobre sostenibilidad de 2019, detecta un crecimiento en los costes energéticos derivados del aumento de las temperaturas, daños causados por apagones y la posibilidad de cortes de red más frecuentes y prolongados, debidos a fenómenos climáticos extremos.

De hecho, la firma ha padecido un magnífico ejemplo de esto último durante el mes de setiembre, porque ha tenido que realizar notables esfuerzos para restaurar el servicio cuando los incendios forestales devastaban los estados de Nueva Gales del Sur y Queensland.

En probable que se produzcan incidentes de este tipo con frecuencia cada vez mayor. En su informe más reciente sobre la situación climática, la oficina australiana de meteorología señala que el país experimenta “un aumento a largo plazo en las condiciones climáticas que favorecen incendios extremos y en la duración de la temporada de incendios”.

A principios de este año, AT&T solicitó ayuda al Departamento de Energía de Estados Unidos para predecir el impacto del cambio climático en las infraestructuras de red de la firma. Así, por ejemplo, el efecto del aumento previsto en el nivel del mar sobre las líneas de fibra, los sitios móviles y las oficinas de la empresa. Bloomberg informa de que dicha petición se produjo poco después de varios desastres naturales de gran impacto, que le costaron a AT&T 626 millones de dólares (unos 572 millones de euros) tan solo en 2017.

Charlene Lake, directora de Sostenibilidad de AT&T, afirmaba en junio que “el cambio climático nos afecta a todos, financiera y físicamente”, y añade que “es importante que conozcamos los riesgos y aprendamos a adaptarnos”.

Al igual que AT&T, la operadora US Cellular ha sentido los efectos de las alteraciones climáticas, y sus directivos señalaron a principios de 2019 que una caída en las transacciones en tiendas causada por fuertes inundaciones en el Medio Oeste estadounidense contribuyó a unos resultados decepcionantes en el segundo trimestre.

Qué se puede hacer

Citando datos de Ericsson, la GSMA señala en una declaración que las redes móviles suman un consumo energético estimado en 130 teravatios hora (TWh), alrededor del 0,6% del consumo total de electricidad en todo el planeta. Las operaciones en redes también generan el equivalente de alrededor de 110 millones de toneladas de dióxido de carbono (MtCO2e) por año, lo que supone el 0,2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI).

Si tenemos en cuenta la fabricación y uso de dispositivos móviles, esta última cifra se incrementa a alrededor de 200 MtCO2e, lo que equivaldría al 0,4% de todas las emisiones de GEI.

Las operadoras de todo el mundo ya están recurriendo a fuentes de energía renovables, en un esfuerzo por reducir dichas cifras y los costos energéticos en general.

Así, por ejemplo, T-Mobile US y Vodafone aspiran a obtener el 100% de su energía mediante fuentes renovables dentro de pocos años, mientras que Verizon y Telefónica apuntan a usar un 50% de energías renovables en un plazo semejante.

Sprint afirma que ha reducido sus emisiones de GEI en un 48% y el consumo eléctrico en un 42% entre 2007 y 2017. También está trabajando en iniciativas para reducir los desperdicios, así como el uso de agua y papel, y de impulsar el reciclaje.

La promoción de la eficiencia energética es otro medio que las operadoras aplican para reducir las emisiones.

Tele2 y NEC, con sede en Japón, trabajan en el desarrollo de tecnologías de red más eficientes para reducir el consumo.

Telstra usa contadores eléctricos inteligentes para mejorar el seguimiento de los patrones de uso y gestionar el consumo, y ha adoptado sistemas de iluminación basados en LED en sus emplazamientos de red para usar menos energía. Explica que durante su año fiscal 2019 (que termina a finales de junio) ha invertido 4,7 millones de dólares australianos (unos 2,9 millones de euros) en proyectos de eficiencia y reducción del consumo energético, y ha ahorrado 13.747 tCO2e y más de 13.500 MWh de electricidad por año.

Al establecer objetivos ambiciosos en su inminente hoja de ruta para la reducción del carbono, la industria de telefonía móvil apunta a potenciar los citados esfuerzos y a cumplir un papel en la pugna por limitar el calentamiento planetario a 1,5 grados centígrados para 2050, con miras a reducir sus riesgos y efectos.

Mats Granryd, director general de la GSMA, afirma que la industria del móvil cuenta con una “oportunidad única para impulsar el cambio en múltiples sectores” y probar que “el sector privado puede demostrar liderazgo y responsabilidad al abordar uno de los desafíos más graves a los que se enfrenta nuestro planeta”.

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