BlackBerry ha anunciado su Proyecto Ion, una serie de iniciativas para potenciar el desarrollo de la Internet de las Cosas (IoT, Internet of Things) y ayudar a las empresas a generar valor gracias al incremento del número de conexiones. El asediado fabricante, que hace poco optó por centrarse en el segmento corporativo, aspira a conectar las empresas con las personas, los dispositivos y las máquinas mediante su Proyecto Ion.

John Chen, consejero delegado de BlackBerry, asegura que el mercado de la Internet de las Cosas está surgiendo gracias a que “los costes de la conectividad siguen cayendo y las tecnologías conectadas se están generalizando”, y que la enorme cantidad de conexiones, transacciones y datos que conlleva requieren “plataformas que puedan funcionar de manera segura a escala global”.

“No hay ninguna empresa mejor situada que BlackBerry para suministrar los componentes tecnológicos, las aplicaciones y los servicios que hacen falta para incrementar la productividad, mejorar la toma de decisiones en tiempo real y hacer realidad la visión de la Internet de las Cosas”, agrega Chen.

El Proyecto Ion ofrecerá una plataforma de aplicaciones pública y segura, basada en su sistema operativo QNX, que ofrezca acceso a grandes cantidades de datos procedentes de fuentes diversas y los “destile para obtener información significativa y procesable, mediante el uso de herramientas analíticas de código abierto y de terceros”.

Entre otras cosas, la plataforma podría proporcionar información de diagnóstico en tiempo real a los médicos y los cuidadores; nuevas formas para que las empresas de productos de consumo entiendan a los consumidores y se relacionen con ellos; información de perfiles de riesgo más precisa para las compañías de seguros; y mejores prestaciones logísticas para los fabricantes. Las empresas interesadas en ser de las primeras en acceder a una versión beta de la plataforma pueden inscribirse en la web del Proyecto Ion.

BlackBerry también aspira a crear un ecosistema alrededor de la IoT y a establecer alianzas estratégicas, como la participación en el Consorcio de la Internet Industrial, que pretende crear tecnologías basadas en estándares para el sector de la IoT.

En general, la Internet de las Cosas parece estar adquiriendo impulso: las cadenas británicas de comercios de electrónica Dixons y Carphone Warehouse anunciaron la semana pasada su intención de fusionarse, especificando que la firma resultante se centraría en la conectividad.

No obstante, este auge no parece estar exento de retos. Durante la reunión del WEDO Worldwide User Group en Oporto (Portugal), Robert Strickland, cofundador de la consultoría Digital Nexus y anterior responsable tecnológico de T-Mobile EEUU y de Leap Wireless, advertía del desafío que la IoT representa para las operadoras en términos de seguridad de la red y de gestión de riesgos. Según Strickland, “te pasas el día apagando incendios, y la situación no mejorará, sino que va a empeorar. Esta tendencia está impulsada por la proliferación de nuevos tipos de terminales que se conectan a las redes, creando nuevas oportunidades potenciales para los malhechores”. “La Internet de las Cosas ya es real. En nuestro sistema habrá 20.000 millones de conexiones, cada vez será más rápido y los malos están a la vuelta de la esquina”.

“Y no son sólo los malos de fuera de nuestras empresas. También los que tenemos dentro, y los malos programadores que se marchan de la empresa tras haber hecho cosas que tú no sabes y dejando agujeros abiertos. La pregunta es ¿qué vamos a hacer al respecto?”.