Según el Wall Street Journal, Google no podrá cobrar tasas de transacción a los bancos y otros emisores de tarjetas que trabajan con Android Pay, gracias a la reciente estandarización entre los servicios de tokenización de Visa y MasterCard. A su vez, los emisores de tarjetas esperan que, como consecuencia, Apple se sienta presionada para reducir o eliminar las comisiones de su servicio Apple Pay.

En un primer momento, los bancos y otros emisores de tarjetas acogieron Apple Pay con entusiasmo y estuvieron de acuerdo en ceder a Apple el 0,15% del importe de cada una de las transacciones con sus tarjetas de crédito. Apple también se queda con 0,5 céntimos de cada compra realizada con tarjeta de débito.

Pero Google no cobrará comisiones de este tipo a los emisores de tarjetas, porque hace poco Visa y MasterCard estandarizaron sus procedimientos de tokenización y los hicieron gratuitos. Ahora los servicios de pagos no pueden cobrar tasas a los emisores. La iniciativa de Visa se llama Digital Enablement Programme (Programa de Habilitación Digital; siglas en inglés: VDEP). Visa la dio a conocer el mismo día (28 de mayo) en el que Google anunció la versión más reciente de Android Pay.

Según Ryan McInerney, el presidente de Visa, “los acuerdos con Visa siguen un único modelo y los bancos pueden confiar en que no les repercutiremos las comisiones.”

Aunque se hayan eliminado estas comisiones, Google y otros servicios de pagos podrían cobrar a los bancos por otros servicios, como por ejemplo los acuerdos de marketing. Además, es probable que el empleo de Android Pay entre los emisores de tarjetas crezca más rápidamente al desaparecer las comisiones. En definitiva, el verdadero beneficio que Google obtiene de Android Pay procede de los datos publicitarios que se generan por medio de cupones, recompensas y planes de fidelización asociados a los pagos.

Algunos bancos tratarán de utilizar la renuncia de Google a las comisiones para forzar una reducción de las que aplica Apple Pay. En estos momentos Apple Pay solo está disponible en los Estados Unidos. Pero cuando se expanda internacionalmente -ya se ha anunciado su próxima llegada al Reino Unido-, puede ocurrir que Apple se vea obligada a negociar nuevas condiciones y los bancos ejerzan presión para conseguir tasas más bajas.