Entre las numerosas aplicaciones posibles que Sony ha propuesto para su “peluca inteligente”, la monitorización de las constantes vitales del usuario estaría entre las más prometedoras.

La peluca podría ser utilizada para medir las ondas cerebrales, la temperatura, el pulso, la presión sanguínea y el sudor de un usuario, y luego transmitir de forma inalámbrica toda la información a los profesionales sanitarios. El sistema podría encajar en un buen número de servicios potenciales: desde el seguimiento de pacientes crónicos hasta el registro de la actividad física personal.

Más allá de la recolección de datos, la peluca también podría proporcionar un medio por el que enviar mensajes al usuario, como por ejemplo orientación a personas ciegas. El mismo concepto podría utilizarse para orientar a los juegones, en forma de realidad aumentada.

De modo más singular, la peluca inteligente podrían ganar adeptos en los denominados juegos de vestuario, una forma de juego de rol muy popular en Japón, que también se mencionan en la presentación del producto. Efectivamente, en el llamado «cosplay» los participantes utilizan pelucas y disfraces a la hora de imitar a sus personajes favoritos del cómic y las películas de animación.

Otras sugerencias propuestas por Sony a la hora de utilizar la peluca inteligente son más desconcertantes, si cabe; por ejemplo, el fabricante propone que utilizar la peluca en presentaciones de empresa, un campo “cuyo estilo no ha sufrido cambios significativos.”

La sugerencia de la compañía al respecto es que los usuarios “avancen o retrocedan las diapositivas de la presentación con sólo pulsar las patillas de la peluca”. Según el docimento, este uso de la peluca facilita que el usuario controle las imágenes mediante un comportamiento escénico absolutamente natural.