Los desarrolladores chinos de juegos en red han notado directamente las consecuencias de una relajación de las restricciones impuestas a su tecnología por parte de las autoridades. El organismo regulador del sector ha concedido licencias a 88 títulos nacionales tras una larga moratoria.

La Administración Nacional de Prensa y Publicaciones (ANPP) ha publicado una lista de aprobaciones recientes para el mercado nacional, en la que figuran tres juegos de Tencent, la mayor empresa de juegos del país.

En diciembre de 2022, la citada ANPP concedió licencias para 44 lanzamientos en el extranjero. Así transmitía una evidente señal de que las autoridades, tras una contundente actuación contra los juegos que había comportado la introducción de nuevas restricciones, habían empezado a dar marcha atrás. Con dichas restricciones, el gobierno pretendía limitar el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas y combatir la adicción.

En abril de 2022 se otorgaron licencias para el primer lote de juegos que obtenía aprobación oficial desde que la ANPP había suspendido la evaluación de nuevos títulos en agosto de 2021. Sin embargo, en él no había ningún producto de Tencent ni de NetEase, considerados los dos mayores desarrolladores de China.

Al parecer, el mercado de videojuegos de China es el mayor del mundo. Según el South China Morning Post –que, a su vez, citaba datos procedentes del Comité de Publicación de Juegos de la Asociación China de Audio-Vídeo y Publicación Digital–, en 2022 generó ingresos por valor de 269.500 millones de yuanes (unos 36.591 millones de euros), con un descenso interanual del 10,3%.

A finales de 2020, el gobierno chino reforzó el control sobre las firmas tecnológicas nacionales e introdujo normas más estrictas sobre competencia, privacidad de los usuarios y protección de la infancia.